viernes, 21 de enero de 2011

EL RENACIMIENTO Y LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA: CARACTERÍSTICAS GENERALES


Desde el punto de vista de la historia del pensamiento filosófico y científico, el Renacimiento, puede ser caracterizado como un período de transición entre la filosofía medieval y la filosofía moderna. Las fuerzas culturales más significativas que operan en este período son el humanismo, la reforma protestante y el avance ininterrumpido de la ciencia. De estas tres fuerzas, la que más hondamente influye en el advenimiento de la modernidad es, sin duda, la ciencia. El progreso científico en esta época se vio impulsado por dos factores: por las necesidades de tipo técnico (armamento, navegación, etc) y por el descubrimiento de los textos de los científicos griegos, especialmente Arquímedes y el pitagorismo. La vuelta a los clásicos - característica del Renacimiento en sus diversas manifestaciones culturales- influyó positivamente en la configuración de la ciencia moderna, cuyo triunfo definitivo tendrá lugar en el siglo XVII
El renacimiento representa, en términos generales, una vuelta a los gustos y a los cánones clásicos, con el consiguiente abandono del estilo y modos medievales.
En el terreno político, surge la creación de los estados nacionales, como resultado de la desintegración del Imperio acaecida al final de la Edad Media.
En lo económico, aparece una burguesía capitalista que ejerce un papel preponderante en la sociedad y la política.
En el terreno filosófico, se recuperan las fuentes de la filosofia griega, especialmente platonismo y aristotelismo.
En el orden de los descubrimientos, tienen lugar importantes avances y perfeccionamientos técnicos. El desarrollo de la cartografía, las técnicas de navegación y la brújula hacen posible la expansión marítima y comercial, el descubrimiento de América, etc.
La utilización de la pólvora con fines bélicos favorece el fortalecimiento del poder real frente a la nobleza, cuyos castillos resultan abatibles a golpe de cañón. Finalmente, el descubrimiento de la imprenta facilita la expansión cultural, las ediciones de los clásicos por parte de los humanistas y la circulación de los textos bíblicos, que favoreció la reforma religiosa.
En el terreno religioso se produce la reforma protestante con las rebelión de Lutero en 1517. Del lado católico, se funda la Compañía de Jesús, y con el Concilio de Trento se inicia la contrarreforma.
En resumen, los siglos XV y XVI recogen muchas de las transformaciones iniciadas al final de la Edad Media y consolidan las bases de lo que será la era moderna, el el primer tercio del siglo XVII. En las primeras décadas del siglo XVII se asienta definitivamente la ciencia y comienza la filosofía moderna. Los máximos protagonistas de este doble acontecimiento serán Galileo y Descartes, respectivamente.

La ciencia renacentista
Podemos decir que comienza con la publicación en 1543 de la obra de Copérnico: Sobre las revoluciones de las órbitas celestes, y en la que se asientas las bases de la teoría heliocéntrica
Posteriormente, Kepler y Galileo desafiaron la autorizadad eclesiástica, al defender públicamente la hipótesis copernicana del heliocentrismo.
Así comienza la revolución científica que sustituyó el modelo aristotélico y dio lugar a nue vas concepciones, fundamentadas en el seguimiento estrictio de un riguroso método de conocimiento, que conllevó una matematización de la naturaleza. Las principales características de la nueva ciencia, en contraposición a la ciencia aristotélica, son:

1/ La máquina como modelo: La ciencia aristotélica tomaba como modelo el organismo vivo. Ahora, el modelo es la máquina, y en concreto el reloj.
2/ El Universo está compuesto de piezas extensas que están en movimiento. Se eliminan los elementos fundamentales de la ciencia aristotélica: las cualidades y los fines. La nueva ciencia es cuantitativa y no toma en consideración los fines.
3/ La matematización del Universo: Sólo se considera real lo que se puede matematizar: cantidad, extensión y movimiento.

Galileo desarrollará el nuevo método científico, el método hipotético-deductivo, que se aleja de la metodología aristotélica y cuyos presupuestos son:

- La autoridad de los antiguos pierde valor.
- Simplicidad de la naturaleza: Es decir, la naturaleza se sirve siempre de los medios más fáciles y simples. Es el famoso principio de economía.
- La Naturaleza presenta un orden racional y necesario, formulable en términos matemáticos. La nueva ciencia es racionalista, porque la razón es más fiable que los sentidos.

Con estas premisas, Galileo se inspiró en el método de "resolución y composición" de la escuela de medicina de Padua, donde había sido profesor de matemáticas, para elaborar su propio método de conocimiento, el resolutivo-compositivo, que tiene tres momentos:
1/ Resolución: Se analiza el fenómeno a estudiar y se lo reduce ( o resuelve) a sus propiedades esenciales, desechando todas las demás.
2/ Composición: Se construye una hipótesis de carácter matemático que enlaza los elementos a que se ha reducido el fenómeno. A continuación, se deducen matemáticamente las consecuencias de esta hipótesis. Este es el momento fundamental del método, y por ello se le llamará más tarde método hipotético-deductivo.
3/ Resolución: Se pone a prueba la hipótesis realizando experimentos que comprueben la veracidad de las consecuencias deducidas de tal hipótesis

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